El 29 de agosto de 1831, al regresar de una breve excursión geológica al norte de Gales, recibe una carta de Henslow quien le comunica que el capitán Robert FitzRoy requerÃa un naturalista para que compartiera su camarote en el viaje que realizarÃa a Sudamérica a bordo del velero Beagle. Darwin se interesa inmediatamente por la oferta, pero su padre le planteó serias objeciones. Finalmente, por intermediación de su tÃo, el padre de Darwin dio su consentimiento. El capitán FitzRoy era teniente antes de cumplir 20 años, prestó servicio en el Mediterráneo y en 1826 inició el estudio de Sudamérica, sobre todo de las costas de Sudamérica. En 1828, el capitán del Beagle, Stokes, se suicidó como primer oficial, FitzRoy ocupó su lugar y continuó con dicho estudio. En varias ocasiones se lamentaba de la falta de una persona calificada a bordo que pudiera desentrañar los fenómenos naturales que se presentaban ante su vista. Por ello, cuando regresa a Inglaterra en 1828, determina llevar a alguien en su siguiente viaje para realizar esas tareas. Charles Darwin, de 22 años, fue elegido para ello. Este viaje, que era un viaje del gobierno, era un viaje oficial, tenÃa como objetivos completar el estudio de la Patagonia y la Tierra del Fuego, estudio comenzado bajo las órdenes del Capitán King de 1826 a 1830; levantar los planos de las costas de Chile, del Perú y de algunas islas del PacÃfico; por último, hacer una serie de observaciones cronométricas alrededor del mundo, además de perseguir fines colonialistas. El viaje ofreció a Darwin el primer entrenamiento en Historia Natural. Una de sus ocupaciones era recoger todo tipo de animales, hacÃa una breve descripción y disecaba los que provenÃan del mar. No era un buen dibujante ni tenÃa sólidos conocimientos en anatomÃa y otras disciplinas de la biologÃa. Muchos de estos trabajos, por ello, resultaron materialmente inservibles. Dedicaba gran parte del dÃa a escribir su diario y ponÃa especial atención en describir minuciosamente todo lo que habÃa visto, lo cual fue una buena práctica para sus trabajos posteriores. Estudiaba las rocas, los fósiles, los efectos de los movimientos de la tierra de todas las regiones que visitaba. Coleccionaba plantas, animales y fósiles para su identificación. El Beagle en su recorrido toca diferentes paÃses, de Inglaterra se dirige a Cabo Verde, en 1832 llega a BahÃa de Brasil y luego va a RÃo de Janeiro. En julio de 1832 llega a Montevideo, Uruguay, donde pasa buena parte de los siguientes dos años cartografiando el sur. Darwin aprovecha para hacer frecuentes salidas a tierra. En ese tiempo, hizo observaciones geológicas y coleccionó especÃmenes de partes animales que llamaron mucho su atención, por ejemplo, el Tucutuco, roedor ciego adaptado a vivir en túneles que le recordó a Lamarck. Después encontró una vÃbora que hacÃa vibrar su cola como cascabel, pero que no tenÃa cascabeles. Los comentarios sobre esta criatura en la segunda edición del diario del viaje indican que, a su regreso, Darwin contempla este descubrimiento como una indicación de los estadios intermedios por los cuales las estructuras raras pueden ir evolucionando. Aún asÃ, en ese momento todavÃa era fijista. Entre los descubrimientos zoológicos más importantes de las pampas fue una nueva especie de Ñandú, la posteriormente llamada Rhea darwini en su honor, además de una que ya era conocida, otra Rhea, que son parecidas a las avestruces. En un viaje terrestre desde BahÃa Blanca hasta Buenos Aires en 1832, llegó a un lugar llamado Punta Alta, en las costas argentinas, donde encontró restos de animales fósiles desconocidos que eran de gran tamaño. Entre otros, habÃa restos de Megatherium, un gigantesco ser cercano al oso terrestre, junto con fósiles de armadillo y un roedor gigante, Toxodon, y de Milodon, un elefante extinto. En Puerto Deseado, en la Patagonia, encontró a Macrauchenia y a una llama silvestre casi del tamaño de un camello. Ahà pensó que habÃa una relación entre ellos cuando lo reflexionó ya en Inglaterra. En los años siguientes, la existencia de las dos especies de ñandú dio a Darwin mucho que pensar. La proximidad de las relaciones entre ellas permitÃa la posibilidad de que una hubiera derivado de la otra por transmutación. La especie recién descubierta tenÃa su área de dispersión más al sur, pero habÃa un espacio compartido por ambas especies. A su regreso, este hecho hizo dudar a Darwin en la interpretación tradicional de que cada especie tiene su lugar en la naturaleza al cual está perfectamente adaptado, dada que los organismos se crean por Dios en ese lugar. Tuvo grandes dudas en este momento por esta observación. En otros lugares encontró huesos fósiles de especies al parecer extintas en un pasado geológicamente reciente. La distribución geográfica de los organismos resultó de vital importancia en su comprensión de que los organismos se transforman a lo largo del tiempo. La segunda edición del Diario del Viaje revela de nuevo cómo estos hallazgos influyeron en el pensamiento de Darwin durante los años siguientes. Su parecido con animales actuales era sugestivo. Sin embargo, serÃa erróneo pensar que Darwin dedujo las implicaciones evolucionistas de estos fósiles tan pronto como los vio. Lo que es cierto es que estos datos influirÃan claramente en su pensamiento posterior. En diciembre de 1832, el Beagle navegó al sur de los estrechos de Magallanes y en la poca hospitalaria Tierra del Fuego. El contacto con los fueguinos, que asà llamó a los indÃgenas que vivÃan en esas tierras, tuvo tal impacto en Darwin que le hizo pensar en las diferencias entre la especie humana, al interior de la especie humana, que posteriormente serÃan importantes para desarrollar sus planteamientos sobre el origen de nuestra especie. Estas reflexiones serán muy importantes posteriormente, cuando se centró en entender al ser humano en términos evolutivos. La investigación geológica jugó un papel muy importante dentro del viaje. Al salir de Inglaterra tenÃa una gran influencia de Sedgwick, el principal exponente del catastrofismo. Sin embargo, lleva el primer volumen de Principios de GeologÃa y pronto se convence de las ideas de Lyell sobre la antigüedad de la Tierra y la teorÃa de que ésta cambiaba lentamente por procesos naturales que aún podÃan ser observados. Se llama a esto "actualismo". El catastrofismo sostenÃa que la Tierra habÃa sufrido grandes cataclismos que explicaban su estructura actual. El uniformitarismo postulado por Lyell, por otra parte, planteaba que la historia de la Tierra puede explicarse por medio de desarrollo gradual y uniforme que responde a causas observadas en el presente. A principios de 1834, estando en la costa oeste de América del Sur, Darwin exploró la isla de Chiloé y Valdivia. Estando cerca de ahÃ, hubo un fuerte terremoto. El puerto de Concepción estaba destruido, vio una elevación importante que dejaba ver capas de mejillones en putrefacción. El 15 de diciembre de 1835, el Beagle arribó a las famosÃsimas Galápagos, un archipiélago sobre el Ecuador en el PacÃfico. Ahà hizo colectas y observaciones que, una vez que regresó a Inglaterra, entendió. Cada una de las islas tenÃa su propia variedad de aves, tortugas, iguanas, etcétera. Los pinzones, por ejemplo, ese grupo, diferÃan en la forma de los picos, lo que lo llevó a pensar que eran adaptaciones a los distintos tipos de dietas. Todo esto, ya evolucionista. La segunda edición del Diario del Viaje muestra mucho sobre las implicaciones que posteriormente tendrÃan en el análisis sobre la fauna de estas islas, eran geológicamente recientes, habÃan adquirido una población diversa e insólita que, después Darwin entendió, venÃa del continente americano. El hecho más sorprendente es que, en algunos casos, existe una forma reconociblemente distinta en cada isla. Sin embargo, su interpretación de las especies de las islas se desarrolló gradualmente en los siguientes años. Después de las Galápagos, el Beagle navega a través del PacÃfico, recalando brevemente en Tahità y Nueva Zelanda. Inicia su viaje de retorno por la vÃa del circuito, tomando la isla Mauricio, Cabo de Buena Esperante, Santa Elena y, de nuevo, BahÃa de Brasil para completar información cronométrica. El Beagle regresa a Inglaterra, a Falmouth, el 2 de octubre de 1836, casi cinco años completos. Cuando Darwin sale del Beagle acepta la visión de la teologÃa natural. Puede decirse que forma parte de un amplio programa de investigación que tiene como objetivo central entender la creación. Por lo tanto, sabemos hoy, era fijista y creacionista. Por una influencia, muy fuerte, catastrofista. Cuando regresa, ya uninformitarista. Analiza sus observaciones, la distribución de los organismos que colectó, y encuentra que no encajan con las concepciones existentes, no encajan con el creacionismo. En la organización de sus notas al regreso del viaje, a finales del '36, y en la redacción del diario del viaje en la primavera de 1837, la confrontación entre esas observaciones y el creacionismo mostraba un desajuste. Ya evolucionista, inicia la búsqueda de una teorÃa que satisfaga sus nuevas ideas. En julio de 1837, abrió su primer cuaderno de notas sobre el tema de la transmutación de las especies, iniciando el proceso que lo llevó a la construcción de la teorÃa de la selección natural. Pero el detalle de este proceso lo analizaremos en el siguiente módulo.