[MÚSICA] [MÚSICA] Hemos recorrido hasta aquí todos los aspectos técnicos esenciales para construir y desarrollar un emprendimiento. Pero ahora nos vamos a dedicar al aspecto más crítico, que es la conformación del equipo emprendedor. ¿Han tomado consciencia de la importancia que tiene en esta etapa conocer las propias fortalezas y debilidades de forma tal que les permita armar un equipo que potencie las primeras y suplemente las segundas? ¿Han pensado en lo importante que es saber identificar el estilo de liderazgo adecuado para un equipo emprendedor cómo construir capital social y cómo gestionar el equilibrio vida personal, vida laboral? Comenzar una nueva empresa es una actividad de alto riesgo. Las estadísticas nos muestran que en el primer año entre el 40 y el 60% de los proyectos fracasan. Y peor aún al cabo de los 9 años, casi el 90% de los proyectos no llegan a buen fin. Si tenemos en cuenta que además estas cifras solo se refieren a la cantidad de emprendimientos efectivamente lanzados y quedan muchos otros en el camino. Muchos proyectos nuevos fracasan incluso antes de comenzar a funcionar. Ahora bien, sabemos que de los emprendimientos que sí logran convertirse en un nuevo negocio, los que son promovidos por un equipo son en promedio siempre más exitosos que aquellos que inicia un solo individuo en solitario. Pero también sabemos que en el 65% de los nuevos proyectos que fracasan, el motivo principal se atribuye a problemas interpersonales entre el equipo fundador. ¿Escucharon bien? Sí, lo que hunde el potencial del emprendimiento en la mayoría de los casos son los problemas entre las personas que lo están tratando de llevar adelante. La mayor causa de disolución de un proyecto es el desafecto entre sus miembros por falta de cohesión, generalmente derivado de las diferencias en valores y principios que deberían ser compartidos. Estas diferencias pueden aflorar tanto cuando el emprendimiento está siendo exitoso como cuando enfrenta dificultades. Esto nos muestra una vez más que el equipo está en el corazón del éxito o del fracaso de un nuevo emprendimiento. Como la construcción del equipo emprendedor es una variable sobre la cual el emprendedor puede influir, es crítico tener claro cómo se construye justamente ese equipo emprendedor. La primera pregunta que surge es, ¿qué viene primero, la idea o el equipo? En algunos casos el proceso es causal y racional, o sea el emprendedor identifica una oportunidad, desarrolla un concepto original de negocio, y luego va convocando en base a las necesidades del emprendimiento a las mejores personas para la exitosa implementación de esa idea. Esto seguramente le suena a receta de cocina. ¿Cuáles son los ingredientes o medios con los que cuenta el emprendedor dentro de esta lógica? Los ingredientes son sus recursos más personales. Quién es, o sea, sus características, sus gustos, sus habilidades, sus intereses, qué sabe, su educación, su entrenamiento, su área de especialidad y su experiencia y a quién conoce, su red social y profesional. Y busca luego complementar estos ingredientes con los socios elegidos. No obstante, existe otra forma de construir equipo, se juntan primero los emprendedores, los que van a ser socios del proyecto y juntos descubren las oportunidades, desarrollan las propuestas y construyen el emprendimiento. Y ustedes, ¿con cuál de estos dos procesos se sientes más cómodas? La mayoría de la gente emprende con amigos, familiares y compañeros de trabajo. Esto refleja que los emprendedores, en general, sin importar si fueron exitosos o no, tienden a asociarse con aquellos más cercanos, con quienes comparten entusiasmo y confianza, pero no necesariamente con los que más recursos complementarios pueden traer al proyecto. ¿Qué características debo buscar en las personas al momento de armar el equipo emprendedor? ¿Cuál es la mejor composición de esos equipos emprendedores? Esto no tiene una respuesta simple. Cuando un nuevo emprendimiento es iniciado con otros, desde su etapa gestacional, es importante clarificar en conjunto los intereses, expectativas y valores que impulsan a cada uno. Y ver en qué medida estos se alinean entre sí. Es ideal que haya coincidencias suficientes como para acordar qué tipo de empresa quieren construir en términos de tamaño, alcance, permanencia y cultura. Esta definición es muy importante porque permite dejar en claro qué pérdidas están dispuestos a asumir los integrantes del equipo y también qué riesgos están dispuestos a correr en el desarrollo del proyecto. Una vez que se ha conformado el equipo y que se han alineado intereses, expectativas, y valores, entran a jugar otros aspectos para el desarrollo del proyecto, Estos otros factores podrían categorizarse en cuatro grupos que además son distintos dependiendo en qué etapa del proyecto se está, en el lanzamiento, en la supervivencia o en el crecimiento. El primero de estos factores es la composición del equipo. Acá es necesario considerar diversidad de competencias funcionales y de educación, experiencia previa en la industria y en otras industrias diferentes, habilidades de management, heterogeneidad de personalidades, diversidad de redes de confianza. El segundo factor es la dinámica interna del equipo. Es importante acá tener en cuenta cuatro aspectos en esta dinámica que son la existencia de un líder, el nivel de confianza entre los miembros, el nivel de consenso en el momento de la toma de decisiones y el nivel de conflictividad. El tercer factor es el capital social del equipo. Hay dos dimensiones del capital social en los equipos. Por un lado se encuentra en el capital social interno que alude a las relaciones entre los miembros del equipo, confianza, cohesión y afectividad. Por otro lado el capital social externo se refiere a la suma de recursos actuales y en potencia disponibles a través de la red de relaciones externas de los socios. El último factor se refiere a los acuerdos dentro del equipo. Un equipo emprendedor puede estar compuesto por personas con diferentes roles y distintas dimensiones de compromiso. Estos roles varían entre el aporte capital, la participación en la toma de decisiones estratégica y el trabajo ejecutivo para sacar el proyecto adelante. No solamente es clave identificar y acordar estos roles y cómo será el proceso de toma de decisiones, sino la forma en que la contribución de cada uno va a ser remunerada. Es necesario armar un acuerdo de accionistas para definir entre otras temáticas ámbitos y procesos de decisión, distribución de utilidades o manejo de pérdidas, formas de separarse, incorporación de familiares. Para terminar les dejo dos frases muy interesantes. Una es del fundador de la industria del capital de riesgo George Doriot que dice prefiero apoyar a un equipo de primera con una idea de segunda que a un equipo de segunda con una idea de primera. ¿Y esto por qué? Porque siempre el equipo de primera va a logra transformar la idea de segunda en una idea de primera y no al revés. Por último, una frase del gran empresario Henry Ford, ir juntos es comenzar, mantenerse juntos es progresar pero trabajar juntos es triunfar. [MÚSICA] [MÚSICA] [MÚSICA]