A continuación les hablare de otros fármacos denominados analgésicos. El principal motivo de consulta en el odontólogo es el control del dolor. Los analgésicos son los medicamentos más prescritos por el área de salud, incluso algunos analgésicos son tan de uso como para el control de migrañas o cefaleas que las pueden comprar sin necesidad de una receta médica. Por eso uno de los más usados son los AINEs, dentro de los cuales encontramos algunos como el ibuprofeno, el cual detallaremos más adelante. La palabra analgésico proviene, etimológicamente, del prefijo A AN, carencia o negación y de algos, dolor. Según la asociación internacional para el estudio del dolor, éste se define como la experiencia sensorial real emocional, desagradable, asociada a una lesión hística real, potencial o definida en términos de dicho daño. El dolor en algún órgano dental o en la cavidad bucal en general es uno de los síntomas principales por los cuales los pacientes acuden a consulta con el odontólogo. Es importante decir que el dolor es la primera señal de alarma del organismo por el cual nuestros pacientes acuden a consulta. Debemos de prestar mucha atención a este primer síntoma, porque es el que nos va a dar la pauta para para instalar nuestro tratamiento y atender a nuestro paciente. El dolor lo podemos clasificar en crónico, cuando tiene una duración mayor de tres meses y esto es muy subjetivo you que el paciente, sus signos y síntomas no son muy claros. Sus pronósticos en algunos de los casos, suele ser reservado you que puede generar ansiedad, depresión o incluso malestar, al principio en el paciente. Y en dolor agudo, el cuerpo debe tener una duración de horas, días, semanas o hasta un máximo de tres meses. Este tipo de dolor tiene un pronóstico muy favorable, pero también puede causar en nuestros pacientes ansiedad, o midriasis, o hipertensión arterial o alguna sudoración debido a la intensidad y a la preocupación que le generen ellos. Los analgésicos son sustancias que pueden actuar a nivel del sistema nervioso central. Por lo general, las causas de prescripción de un analgésico pueden ir desde causas infecciosas, traumáticas, autoinmunes o de tipo carencia. Los analgésicos se clasifican de la siguiente manera, opiáceos o narcóticos, que son los usados en caso de dolor severo. Un ejemplo de estos fármacos es la morfina, estos fármacos producen su efecto mediante una interacción con los receptores de endorfinas, modulando la sensibilidad o percepción del dolor y aumentando de esta manera su umbral. Los otros tipos de fármacos son los no opiáceos o no narcóticos. Estos son capaces de solucionar el dolor dental sin provocar una alteración de la conciencia, no producen adicción. Y dentro de estos fármacos encontramos los denominados AINEs, los cuales se puede decir que se clasifica en once grupos. Uno, salicilatos, donde encontramos el Ácido acetilsalicílico. Dos, derivados pirazolónicos, donde encontramos la Dipirona o Metamizol, la Fenilbutazona o la Azapropazona. Tres, derivados del paraminofenol, donde encontramos el Paracetamol o el Acetaminofén. Cuatro, derivados del ácido propionico, Ibuprofeno, Ketoprofeno, Flubiprofeno, Naproxeno y el Ácido neoprofen. Cinco, derivados del ácido N-Acetilneuramínico o fenamatos, donde encontramos Ácido mefenámico, Ácido niflumico, Clonixinato de lisina y Meclofenámico. Seis, derivados del ácido fenilacetico, donde encontramos Diclofenaco sódico y potásico. Siete, derivados del ácido indolacético indometacina, donde tenemos Sulindaco y Glutametazina. Ocho, derivados del ácido pirrolacetico, donde encontramos el Ketorolaco. Nueve, derivados enólicos como el Piroxicam y el Tenoxicam. Diez, inhibidores específicos de la ciclooxigenasa dos, conocida como cox dos, donde encontramos Nimesulide, Celecoxib o Rofecoxib. Once, derivados del ácido fenil propiónico, donde encontramos el Loxoprofeno sódico. Es importante conocer las características del dolor, pero también es importante la clasificación de los analgésicos, esto te permitirá seleccionar el ideal para el control del dolor de tu paciente.