Bienvenido al tema Consumo responsable, donde veremos cuál es la mejor forma de no incurrir en gastos innecesarios. A todos nos gusta comprar y consumir. Al momento en que recibimos nuestro sueldo, inmediatamente estamos pensando en qué nos lo vamos a gastar. Pero, ¿te has preguntado si eres realmente un consumidor responsable? Como vimos en el tema dos, el ahorro es parte fundamental de las finanzas personales. Ahora veremos que el ahorro va más allá de sacar el dinero de la alcancía o del colchón y meterlo al banco. Hay una serie de actividades que podemos realizar para ser responsables en nuestro consumo a la vez que ahorramos. ¿Cómo estás consumiendo?, ¿de manera responsable? Un consumidor responsable e inteligente va más allá de cuánto va a ahorrar en las ofertas de fin de temporada. Ser un consumidor responsable implica tener conciencia en todo sentido. Así, tus compras jamás causarán daño a la economía familiar ni perjudicarán el entorno ambiental. De acuerdo a la Declaración oficial de la Organización las Naciones Unidas, una de las principales causas de que continúe deteriorándose el medio ambiente son las modalidades insostenibles de consumo y producción, particularmente en los países industrializados. En este sentido, la ONU hace un llamado a revisar estos modelos insostenibles, recurriendo a modelos de consumo responsable. Consumir un producto o servicio de manera responsable no sólo se basa en su calidad y precio, sino también en su impacto ambiental y social, en la conducta de las empresas que los elaboran. El consumo responsable también es llamado consumo crítico, y es aquél que implica consumir menos, consumir sólo lo necesario, estando atentos a cómo influye la publicidad en la creación de necesidades superfluas. Cuando se agrega el calificativo de "responsable" a la palabra consumo, significa la importancia que tiene el consumidor para elegir entre las diversas opciones que le ofrece el mercado de bienes y servicios; es tomar en cuenta que los productos valoran la justicia social, la ética, y la solidaridad, así como la protección al medio ambiente, y para ello se promueve el uso racional de los recursos, inclusive a través del reciclaje. Consumir responsablemente significa racionalizar: aspirar a productos que realmente sean necesarios, analizar detalladamente las ventajas que ofrece un producto o servicio con el fin de comparar su utilidad y no adquirir por consumir. Es responsabilidad de cada persona decirle no al consumismo. No dejar de hacer las cosas que nos gustan pero sí racionalizar. Hacer uso eficiente de lo que tenemos y analizar antes de adquirir un bien o contratar un servicio para saber si realmente lo necesitamos. Una herramienta que nos puede ayudar a ahorrar y a consumir de forma responsable es el modelo de las 5 R: Rechazar, Reducir, Reusar, Reformar y Reciclar. Rechazar tiene dos vertientes. Primero, decidir si realmente necesitamos algún producto o no, y si no es requerido en el hogar o en nuestra vida diaria, debemos decir: no lo necesitamos, y no adquirirlo. Por otro lado los productos tóxicos, no biodegradables o no reciclables deben quedarse fuera de la lista de consumo diario. Este tipo de productos pueden estar en muchos lugares, ya sea en el hogar o la oficina. Siempre que podamos debemos rechazar su uso y sustituirlos por otros más respetuosos con el medio ambiente. La limpieza de la casa puede realizarse de manera ecológica sin recurrir a productos industriales. Reducir significa que, antes de adquirir un nuevo producto, conviene preguntarse si realmente es necesario. Los consumidores pueden reducir su impacto ambiental de muchas formas. Al comprar, hay que evitar los productos con un empaquetado excesivo. Siempre que se pueda hay que elegir los tamaños grandes, y los productos concentrados para generar menos basura y a la vez ahorrar dinero. Reusar significa prolongar la vida útil de los bienes, contribuye al ahorro doméstico a disminuir el impacto ambiental. Los envases o productos de "usar y tirar" son la antítesis de un consumo responsable y ecológico. La reutilización es posible de muchas formas. Al hacer la compra conviene llevar bolsas de tela o de otros materiales que permitan su uso prolongado y eviten las perjudiciales bolsas de plástico. Las baterías recargables son menos nocivas que las de un solo uso, las hojas de papel también pueden utilizarse por ambos lados, y las cajas de cartón se pueden aprovechar más veces para guardar otros objetos. Reformar implica transformar un producto que ya fue utilizado en un producto tal y como si fuera nuevo y dejarlo listo para un nuevo uso. Por último, reciclar significa separar los residuos de manera adecuada para su posterior reciclaje en una acción de múltiple beneficio ambiental. Las basuras recicladas no acaban en los vertederos, cada vez más saturados. Los materiales desechados se aprovechan para elaborar nuevos bienes y, por ello, se evita la extracción de nuevas materias primas y se reduce el consumo de energía en su elaboración. Consumir responsablemente implica gastar menos. Esto favorece el rendimiento de nuestros ingresos, y al mismo tiempo, aumenta nuestra capacidad de ahorro. Al minimizar los gastos innecesarios, aumenta el ahorro y se deja de gastar en productos y servicios que no generan valor. En el hogar podemos hacer cosas sin gastar, esto es, reformando y reusando. De esta manera prolongaremos la vida de los artículos. Esto significa gastar menos y al mismo tiempo contribuir al medio ambiente. ¿Eres un consumidor responsable? Por favor toma en cuenta todos los elementos que hemos visto en este tema. Te sugerimos revisar el video de recomendaciones.