Durante los últimos dos módulos nos concentramos en las filosofías y técnicas de grabación. Ya que está completa la grabación, ¿qué hacemos con eso? Entramos en una etapa que se llama posproducción y, a eso, vamos a dedicar los siguientes dos módulos. La posproducción se divide en tres procesos principales: la edición, la mezcla y la masterización. En el último vídeo del segundo módulo, en el cual, hablamos sobre tipos de sesiones en un estudio de grabación, revisamos detalles sobre cada uno de estos tres procesos. Vuelve a ver el video si sientes que necesitas refrescar la memoria al respecto. Una vez que la grabación está perfectamente editada y sin errores, podemos proceder a crear una mezcla. Como también vimos en nuestro vídeo sobre tipos de sesiones, el proceso de crear una mezcla tiene como producto final reducir una sesión multipista a dos canales: el derecho y el izquierdo. Si estás trabajando en sonido envolvente, sin embargo, puede que tu mezcla final se expanda a seis canales, si estás trabajando en 5.1 o, incluso, más si estás trabajando en formatos de sonido envolvente con más bocinas. No obstante, vamos a empezar con la mezcla a dos canales en este módulo. Tu objetivo principal en una mezcla desde un punto de vista creativo es crear una experiencia agradable y emocionante para la audiencia. Lograr este objetivo toma muchos años de práctica y disciplina. Cuando mezclamos, estamos dando la ilusión de un ambiente tridimensional. El objetivo no es ser realista. En práctica no se puede ser completamente realista con el sonido de una mezcla a dos canales por las limitaciones del equipo. Escuchar música a través de dos bocinas es similar a escuchar música a través de dos agujeros en la pared, detrás de los cuales está la banda. Todos podríamos estar de acuerdo que esta limitación, difícilmente, podría etiquetarse como un sonido idéntico a estar enfrente de la banda. Sin embargo, nos podemos acercar bastante. Es más, podemos tomar esta limitante como un impulso a tu creatividad. Por compararlo con las artes plásticas, si te dan un lienzo pequeño eso no quiere decir que no puedas hacer una obra de arte impactante y muy digna de aprecio. Tenemos varias herramientas básicas dentro del proceso de mezcla que nos permiten generar una experiencia artística en nuestro ambiente virtual. La primera, y más básica, es el nivel. Al nivel se le llama, coloquialmente, volumen. Es el nivel relativo que tiene un instrumento frente a todos los demás. Debemos considerar cuáles instrumentos deseamos que sean protagónicos y cuáles deseamos que estén más como apoyo en nuestra mezcla. Esto es importante porque le da un punto focal a nuestra mezcla. Así como en una película hay protagonistas y personajes de apoyo, en una mezcla también debe haber instrumentos que protagonizan e instrumentos que dan apoyo. Esto genera una experiencia clara y entendible en la mezcla. Por lo general, los instrumentos que llevan la melodía o la idea principal de la composición se dejan en un nivel, relativamente, más alto que el resto. En la música popular contemporánea, o sea pop, rock, folk, muchos géneros, la voz es la que normalmente lleva la idea principal. Para tu arreglo cuestiona, ¿cuál es mi instrumento principal y cuáles son de apoyo? Los faders en la estación de audio digital son los que llevan este nivelado relativo. El segundo recurso que tenemos es el panorama. Se le conoce, coloquialmente, como paneo. Es la medida en la que un instrumento aparece más del lado izquierdo o del lado derecho en el panorama. También, se puede optar por dejar un elemento al centro. Por lo regular, los instrumentos principales se dejan al centro y los instrumentos de apoyo se distribuyen hacia el lado derecho o izquierdo. Al control que se nos da para este parámetro se le llama la perilla de paneo y, normalmente, está encima del fader del volumen. Veremos cómo explotar esto al máximo en otros videos. El tercer recurso que nos ayuda a clarificar una mezcla es la ecualización. La ecualización ayuda a que toda frecuencia esté bien representada en nuestra mezcla. Toda buena mezcla debe tener la cantidad apropiada de graves, medios y agudos para que se escuche completa. Ésto implica que algunas de tus pistas individuales en la mezcla van a ser más agudas que otras o más graves que otras. El conjunto de todas logra que escuchemos un sólo sonido completo y placentero. A esto le llamaremos rellenar el espectro, en referencia al espectro de frecuencias audibles. El cuarto recurso disponible es la reverberación y los efectos basados en tiempo, como el retraso o delay. La reverberación es un efecto que imita los reflejos naturales y caóticos de un espacio verdadero como podría ser una iglesia, una sala de conciertos, un cuarto de madera o incluso un baño. Además de dar veracidad a nuestra mezcla por dar la ilusión de estar en espacios donde escuchamos música regularmente, nuestro cerebro está condicionado a percibir sonidos con mucha reverberación como lejanos. Gracias a este efecto podemos colocar elementos en nuestra mezcla cerca y lejos. Ésto genera la ilusión de un espacio tridimensional tan profundo como es ancho. Pon atención en este ejemplo para escuchar cómo un instrumento se puede acercar o alejar. Hay un proceso especialmente diseñado para el control del volumen que veremos a fondo en este módulo. Se llama compresión. El compresor sirve para bastantes aplicaciones pero entre ellas está igualar volúmenes. Logra que haya menos diferencia entre lo que suena quedito y lo que suena fuerte, que todo pasaje del instrumento sea claro, con buen volumen y entendible. A esto se le llama reducir el rango dinámico. Ésto podría ser algo bueno, por ejemplo, en una voz principal para que las partes donde susurra nuestro cantante y donde grita se escuchen igual de claras. Sin embargo, reducir el rango dinámico también puede dañar la experiencia artística. Al reducir los contrastes de volumen que, naturalmente, genera un instrumento, reducimos, también, su capacidad para que nos sorprenda. Saber aplicar este proceso con mesura y en función del arte que lo precede es una habilidad que toma mucha práctica dominar. En este módulo vamos a explorar cómo hacer que estos cinco recursos trabajen en conjunto para hacer una mezcla agradable y emocionante. Vimos cómo el nivel nos puede ayudar a protagonizar un elemento en la mezcla frente a otro. También, hablamos sobre el paneo, panorama, y cómo nos ayuda a posicionar elementos a la izquierda o la derecha y hacer que tu mezcla suene muy ancha. La ecualización nos ayuda a representar todas las frecuencias de igual manera y que la mezcla suene bastante completa. La reverberación nos ayuda a posicionar elementos en la mezcla cerca o lejos. Y, finalmente, la compresión nos ayuda a clarificar grabaciones de instrumento para que todo pasaje sea estruendoso o suene muy quedito, suene igual de claro.