Las licencias Creative Commons surgen en Estados Unidos como una iniciativa para complementar la producción creada por artistas, principalmente. En los últimos años se ha ampliada el espectro de objetos que se puede licenciar con estos registros, no solo se habla de obra de arte o de fotografías, sino también de programas de estudio, proyectos académicos e incluso, libros completos. Estas licencias, es importante señalar, que no se contraponen al derecho de autor, es decir, trabajan en conjunto con el derecho de autor local de cada nación para producir y registrar conocimientos propios. La tendencia de las licencias Creative Commons es para crear bienes comunes, es decir, puedan ser utilizados, mezclados, compartidos en una forma muchísimo más amplia que lo que suele producirse o lo que suele permitirse con el derecho de autor o el copyright, que veremos más adelante. Esta semana vamos a trabajar, específicamente, en tres tipos de licencias; Creative Commons, principalmente, pero también revisaremos derechos de autor, copyleft y dominio público. Las licencias Creative Commons se mezclan para producir diferentes tipos de permisos; desde la más permisiva, que es el dominio público, hasta la más restrictiva, que es aquella que no permite venta. Sin embargo, no se contrapone. Se puede registrar un objeto digital, permitirle su remezcla, que haya cambios, que lleve modificaciones, que se licencien también como una licencia de Creative Commons o que se registren para su comercialización o su distribución fuera de la zona en la que fue creada. Las licencias Creative Commons tienen la modalidad de que tienen dos componentes; el componente visual para el humano, es decir, aquella que podemos encontrar como la leyenda Creative Commons, cuatro punto cero, internacional y demás, que puede ver el ojo humano. Pero, también tienen una segunda capa, que es la capa que se puede leer por un ordenador. Esta capa, generalmente es unida como un código de HTML que podemos incorporar y podemos incrustar a nuestra página web o a la imagen o a cualquier tipo de objeto digital que queramos licenciar y registrar. Es importante reconocer que esta iniciativa, cada vez, se está utilizando más a nivel mundial y, sobre todo, que está muy de la mano con los movimientos de ciencia abierta, de comunicación colectiva y de creación colaborativa.