Soy Monste Gorchs. En este vÃdeo hablaremos sobre el ictus y las opciones terapéuticas generales. El ictus es una patologÃa tiempo-dependiente: cuanto antes se inicie el tratamiento, menor será el daño cerebral y menores las secuelas que tenga el paciente. El ictus es un fenómeno dinámico, de manera que el daño cerebral va aumentando y afectando una zona mayor del cerebro a medida que pasa el tiempo desde el inicio de los sÃntomas. Por este motivo, debe iniciarse el tratamiento adecuado cuanto antes. Desde el momento en que empiezan los sÃntomas hasta que se consigue restablecer el flujo de sangre en el cerebro, por cada minuto que pasa, hasta que se restablece el flujo cerebral, se pierde un dÃa y medio de vida sana. Por cada 30 minutos, se pierde un mes de vida sana. Los sistemas de código ictus se establecieron con el objetivo de reducir al máximo el tiempo hasta el tratamiento del ictus. La cadena asistencial del código ictus se divide en tres tiempos: el tiempo que depende del paciente o testigos y que se refiere al tiempo que tardan en solicitar ayuda médica; el tiempo prehospitalario hasta la llegada al centro de referencia de ictus, tiempo que se ha reducido mucho gracias a los sistemas de código ictus coordinados con los sistemas de emergencias médicas; el tiempo intrahospitalario, que incluye la realización de la neuroimagen, para diagnosticar si es un ictus isquémico o hemorrágico y el inicio del tratamiento adecuado. Es necesario acelerar al máximo el tiempo de atención en todos los puntos de la cadena asistencial, para conseguir una rápida actuación. El código ictus es un sistema que permite la identificación de pacientes con ictus y su rápido traslado a un centro hospitalario con capacidad para realizar un tratamiento adecuado, con el preaviso, por parte de los sistemas de emergencias médicas, al centro receptor. El Código Ictus se activa desde centros de atención primaria, hospitales comarcales, que no pueden ofrecer un tratamiento al ictus o, la mayorÃa de veces, directamente desde los servicios de emergencias médicas. Actualmente, el tratamiento de los pacientes con ictus se basa en las siguientes opciones: por un lado, el ingreso en una unidad de ictus, que ha demostrado reducir en un 30 por ciento la mortalidad y dependencia de los pacientes con ictus, tanto isquémico como hemorrágico, gracias a la monitorización continua, la vigilancia intensiva, la atención por enfermerÃa especializada, la detección y tratamiento precoz de complicaciones, como puede ser la disfagia o la profilaxis de trombosis venosa profunda. Por otro lado, el tratamiento trombolÃtico endovenoso con RTPA, indicado en pacientes con ictus isquémico de menos de cuatro horas y media de evolución, sin contraindicaciones médicas, y el tratamiento endovascular, mediante el cual se accede al trombo, mediante catéteres endovasculares para realizar una trombectomÃa, indicado en pacientes con ictus isquémico con una oclusión de gran vaso, en los que no se consigue la recanalización con RTPA endovenoso o que tienen contraindicaciones para recibir el tratamiento endovenoso. Otros tratamientos, como la craneotomÃa descompresora en pacientes que desarrollan un infarto extenso o el tratamiento quirúrgico en determinados pacientes con hemorragia cerebral u otras terapias que están actualmente en fase de investigación. En resumen, el ictus es una enfermedad grave en la que el tiempo juega un papel muy importante. Tanto los ictus isquémicos como hemorrágicos requieren de una atención urgente en un centro especializado, lo antes posible, para poder recibir el tratamiento adecuado. El ingreso de los pacientes en una unidad de ictus con vigilancia neurológica intensiva permite incrementar las posibilidades de recuperación.