[MÚSICA] [MÚSICA] [MÚSICA] Luego de analizar los géneros periodísticos surge la pregunta acerca de cómo se adquiere el material necesario para la elaboración de nuestros trabajos periodísticos. De ahí la necesidad de hablar de la obtención de fuentes de información. En primer lugar hay que dejar asentado que la información es la materia prima del periodismo. Es por ello, que todo proceso periodístico implica una etapa de investigación. Cuando investigamos para generar información, hacemos una serie de preguntas a determinadas personas, buscamos datos en diversas fuentes tanto humanas como documentales. En este ejercicio es importante partir de lo general a lo particular, es decir que conforme más se busque información se encuentran más datos que nos permiten ir apuntando nuestro interés hacia algo más específico. Toda información que se obtiene proviene de las fuentes de información que en otras palabras es el lugar en donde se puede confrontar la veracidad de nuestro trabajo. En ese orden de ideas Marco Laray Franches Barata señala que las fuentes de que dispone un periodista solo pueden ser obtenidas por tres vías: su presencia en el lugar de los hechos, la narración por una tercera persona o el manejo de un documento. En ese sentido, existe una clasificación bastante útil para distinguir los tipos de fuentes. Las fuentes primarias son todas aquellas que tienen una relación directa con los hechos, por ejemplo testigos, especialistas, protagonistas de los eventos. Las fuentes secundarias son aquellas en las que encontramos información que pueden ser auxiliar en el entendimiento del hecho como pueden ser libros, enciclopedias, trabajos de investigaciones científicas, académicas o periodísticas. Y por último las fuentes oficiales, que son las que pertenecen a la voz institucional principalmente del gobierno. Estas son cualquiera que provenga de una institución pública o privada por medio de un funcionario que emita un comunicado o de una declaración. Es necesario señalar que el periodista debe cuidar en todo momento la fiabilidad de sus fuentes y recordar que un reportero es tan bueno como lo son sus fuentes. En este sentido, el manual de estilo del Diario El Mundo, propone una clasificación por fiabilidad de las fuentes en factuales y personales. Las fuentes factuales que son las más fiables van desde la observación directa del periodista hasta las copias electrónicas o artículos de periódicos ya publicados, pasando por los documentos y registros oficiales. Las fuentes personales tanto oficiales como confidenciales suelen ser menos fiables ya que se trata de personas que a menudo defienden sus propios intereses y que pueden manipular al periodista de tal forma que este solo transmita el mensaje que le conviene y no busque otras fuentes como contrapeso. Algunas recomendaciones en el uso de fuentes humanas serían buscar siempre la fuente más competente, un experto, un testigo directo, un funcionario con responsabilidad directa en el asunto. Es necesario nutrir la relación y generar confianza con las fuentes, en palabras de Kapuscinsky, el mejor camino para obtener la información pasa por la amistad, no precipitarse con tal de ser el primero en publicar, no usar una sola fuente, hay que conceder a todas las partes la oportunidad de manifestarse en torno a un tema. Cuidar las palabras, hay que tener presente que trabajamos con una materia muy delicada, las personas, con lo que decimos sobre ello se puede afectar su vida. Otro punto importante a tocar es el uso de redes sociales como fuente de información. Sin duda las redes se han convertido en generadores incesantes de información, sin embargo cuando se trata del trabajo periodístico un cuestionamiento importante es la validez o pertinencia de su uso. Sobre este tema, las opiniones se encuentran muy divididas, hay quienes opinan que la experiencia y la formación de los periodistas les permitieran filtrar y sistematizar la información que obtienen de las redes. Sin embargo, otros señalan que los materiales que se pueden encontrar en redes carecen de credibilidad, puesto que todo se informa sin más respaldo que la real o presunta autoridad moral del titular de la cuenta. En lo que no cabe duda es que cualquier información que tengamos independientemente de su procedencia debe ser claramente cuestionada y no puede exentar un escrutinio minucioso para comprobar su validez. Y tratándose de información obtenida en internet, los esfuerzos se deben redoblar. Por otro lado, una legítima inquietud que surge cuando hablamos de fuentes periodísticas es si el periodista tiene la obligación de revelar sus fuentes de información. La atribución de la información a fuentes definidas es lo que confiere credibilidad a los trabajos periodísticos. Sin embargo, la tarea de la atribución no es sencilla porque choca con el derecho y el deber de confidencialidad para proteger a las fuentes que deseen permanecer en el anonimato. En ese punto el manual de periodismo de la agencia de noticias Notimex señala que: "El secreto profesional es legítimo cuando sea necesario para garantizar el acceso a la información que solo es proporcionada con el condicionamiento explícito de no revelar la fuente. No obstante y con mayor razón, el periodista deberá verificar la veracidad de los hechos evitando ser utilizado por quienes traten de eludir responsabilidades respecto a informaciones inexactas o irresponsables." En otras palabras, el periodista no está obligado a revelar sus fuentes pero no debe abusar de ello, ni mucho menos faltar a la verdad. La no revelación de las fuentes debe ser la excepción y no la regla. Sobre este tema el manual de estilo de El Mundo da dos recomendaciones, buscar otras fuentes que confirmen la información, una vez obtenido un dato fundamental de una fuente que haya solicitado la confidencialidad, se pueden buscar otras fuentes diferentes que lo confirmen y que sí puedan ser identificadas. Y la segunda es la exigencia de una atribución más precisa, a menudo es posible incluso tratándose de una fuente que exige la confidencialidad, pactar con ella que acepte ser identificada sino totalmente, sí con una cierta precisión que contribuirá a reforzar la credibilidad de la información. Por ejemplo, una fuente del ministerio del interior es preferible a una fuente gubernamental. Finalmente, me parece vital señalar que a pesar de que dentro del periodismo siempre se está corriendo contra reloj para cumplir con tiempos y tener la tan famosa primicia, para hacer un trabajo periodístico serio es necesario tener el tiempo suficiente para obtener la información, analizar, investigar, contrastar, y profundizar. [MÚSICA]